Cómo prevenir el déficit de vitamina D durante el invierno

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Para prevenir el déficit de vitamina D en invierno es fundamental aprovechar al máximo la luz solar, consumir alimentos ricos en vitamina D como pescados grasos, huevos y lácteos fortificados, mantener actividad física al aire libre y, en algunos casos, recurrir a suplementos bajo supervisión médica.

El invierno trae consigo tardes más cortas, menos exposición solar y, en muchos casos, un descenso en nuestros niveles de vitamina D. Este nutriente es clave para mantener los huesos fuertes, reforzar el sistema inmune y evitar problemas de salud a largo plazo. Pero ¿cómo asegurarnos de que no falte en nuestro organismo durante los meses fríos?

En este artículo descubrirás estrategias sencillas para prevenir la falta de vitamina D y entender por qué es tan importante, sobre todo en personas mayores.

¿Por qué se produce el déficit de vitamina D en invierno?

La vitamina D se sintetiza principalmente gracias a la exposición solar. Cuando la piel recibe luz ultravioleta B, el cuerpo produce este nutriente de forma natural. Durante el invierno, pasamos menos tiempo al aire libre y los rayos solares llegan con menor intensidad, lo que reduce esta producción.

Además, las dietas poco equilibradas y el sedentarismo también influyen en que muchas personas no alcancen los niveles adecuados.

Beneficios de la vitamina D en la salud ósea de los ancianos

En la tercera edad, el déficit de vitamina D puede convertirse en un problema serio. Sus beneficios son fundamentales:

  • Fortalece los huesos y previene la osteoporosis.
  • Reduce el riesgo de fracturas y caídas, muy comunes en personas mayores.
  • Ayuda a fijar el calcio de los alimentos.
  • Contribuye al buen funcionamiento de los músculos.

Por eso, en residencias especializadas como Residencias Santa Rita o Residencia La Solana, se presta atención a los niveles de vitamina D en los ancianos, asegurando una nutrición adecuada y revisiones médicas periódicas.

Estrategias para prevenir la carencia de vitamina D

1. Aprovechar la luz solar

Aunque sea invierno, es recomendable salir al aire libre al menos 15-20 minutos al día, siempre que el clima lo permita. Pasear, leer en el balcón o simplemente sentarse al sol puede marcar la diferencia.

2. Incluir alimentos ricos en vitamina D

La dieta puede suplir parte de lo que no obtenemos del sol. Algunos alimentos clave son:

  • Pescados grasos como salmón, caballa o sardina.
  • Huevos (sobre todo la yema).
  • Lácteos y bebidas vegetales enriquecidas con vitamina D.
  • Champiñones y setas.

3. Suplementación controlada

En casos de deficiencia diagnosticada, el médico puede recomendar suplementos de vitamina D. Es importante no automedicarse, ya que el exceso también puede ser perjudicial.

4. Mantener actividad física

El ejercicio al aire libre, aunque sea suave como caminar, ayuda a estimular la síntesis de vitamina D y a mantener huesos y músculos fuertes.

Señales de alerta de un déficit de vitamina D

Algunos síntomas que pueden indicar niveles bajos son:

  • Cansancio constante.
  • Dolor muscular o debilidad.
  • Dolor óseo, especialmente en la zona lumbar.
  • Mayor tendencia a resfriarse o enfermar.

Si aparecen, conviene acudir al médico y realizar un análisis de sangre para confirmar los niveles.

Preguntas frecuentes (FAQs)

1. ¿Todos necesitamos suplementos de vitamina D en invierno?

No necesariamente. Muchas personas logran niveles adecuados con una buena alimentación y algo de exposición solar. Solo el médico, tras un análisis, puede indicar si son necesarios.

2. ¿Qué alimentos son más ricos en vitamina D?

Los pescados grasos, el huevo, los lácteos enriquecidos y las setas son los principales aliados para mantener buenos niveles.

3. ¿El sol de invierno también sirve para producir vitamina D?

Sí, aunque su intensidad es menor. Por eso se recomienda aprovechar las horas centrales del día, cuando los rayos solares son más directos.

Conclusión

La vitamina D es esencial para la salud ósea, muscular e inmunológica, y durante el invierno debemos prestar más atención a su ingesta y producción. Con hábitos sencillos como salir al sol, cuidar la dieta y mantenernos activos, es posible prevenir su déficit y mejorar la calidad de vida, especialmente en la tercera edad.

Si buscas centros especializados en el cuidado integral de mayores, las residencias de ancianos en Barcelona de Grupo Santa Rita pueden ayudarte a garantizar bienestar y salud en todas las etapas.

Sandra

Redactora de contenidos, especializada en residencias.

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